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febrero 2024

Por Gonzalo Adrián Gonzales Vislumbremos una escena cotidiana.   Es un día de semana y acabas de terminar una larga y productiva jornada de trabajo. Sientes que te mereces un descanso y tienes ganas de ver una película para relajarte o dejarte atrapar por una historia emocionante.   En cierta época, para cumplir ese deseo hubieses salido de tu casa a ver la película que esté proyectando tu cine más cercano esa noche. No hay mucho que elegir ahí, la película es la que hay; tal vez, al día siguiente, te enteres que otras personas en tu oficina ha visto la misma película y puedan tener una charla amena. Con la llegada de los multicines, vendrán más opciones, pero también tendrás que ordenarte un poco mejor. Tendrás que ver la cartelera en el periódico, leer sobre las películas disponibles y elegir cuál te interesa más; tendrás que prestar atención a sus horarios o en qué locales la dan doblada o subtitulada. Una vez decidido, saldrás de tu casa cruzando los dedos para llegar a tiempo y agarrar un buen sitio.   La dinámica cambia completamente con la llegada del Home Video. Primero el VHS, luego los DVDs y después los Blu-rays. Ahora ya no estás obligado a